martes, 17 de mayo de 2011

Ciencia, redes sociales y sociedades del conocimiento (parte 1)

Por si alguien tenía duda todavía del impacto que ha tenido Internet y las redes sociales en la mayoría de los ámbitos sociales, los pocos meses del 2011 que llevamos transcurridos se han encargado de hacer patente esta influencia. Han tenido un impacto determinante en ocasiones diversas que van desde los pueriles escándalos televisivos como lo fue el "caso Top Gear", las críticas en todas direcciones en el "caso Aristegui", el descubrimiento de la infame negociación secreta del tratado ACTA y las críticas constantes al IMPI y al poder legislativo federal como consecuencia, la reciente marcha nacional por la paz y, por supuesto, su papel ha sido crucial en las recientes revueltas árabes.

El acceso generalizado a la información tiene sin duda un poder transformador gigantesco. Hay quienes temen este poder y tratan de limitarlo algunos ejemplos son el ya mencionado tratado internacional ACTA, la reciente "Ley Sinde" en España o las severas restricciones informáticas que impone a su sociedad el gobierno chino. Pero existen también formas de aprovecharlo para beneficio colectivo como el caso excepcional de Wikipedia, la enorme comunidad de software libre y las crecientes filas de artistas dispuestos a usar una licencia permisiva para su trabajo como la Creative Commons.

Una comunidad internacional que se precia de ser inovadora, autocrítica y capaz de romper paradigmas milenarios es la científica. Además la labor científica pone de manifiesto en cada momento que la ciencia es una construcción iniciada en los albores de la civilización, edificada por la humanidad en su conjunto y que ha sido posible gracias a la acumulación y difusión del conocimiento. Por ello sorprende enormemente que en este contexto de cambios sociales el grueso de la comunidad científica no sólo no sea impulsora de estos nuevos medios de comunicación sino reticente al cambio e incluso detractora del mismo.

Algunos ejemplos aquí ilustrarán mi punto. Es cierto que usando Internet se puede ya obtener un conocimiento profundo de temas bastante especializados, sin embargo la investigación "de punta", es decir, los últimos resultados científicos se publican mayormente en revistas especializadas. De las más emblemáticas son Nature y Science; sin embargo pueden comprobar rápidamente que la investigación publicada en ellas está detrás de un paywall, es decir, hay que pagar (arriba de 30 dólares) por leer cada uno de sus artículos y pedir permisos especiales (léase pagar más dinero) a la revista para reutilizar los resultados ahí obtenidos.

Las revistas especializadas fueron un eficaz y valiosísimo vehículo de transmisión y difusión del conocimiento por cientos de años. Su importancia ha sido tan grande que actualmente incluso se ha perdido la perspectiva y se les considera, para detrimento de la ciencia, un fin más que un medio. Creo que en esta era de la información ha llegado el momento de que, como comunidad científica mundial, nos replantemos nuestras estrategias de comunicación.

Sigo con más ideas después. Por cierto este post está bajo una licencia Creative Commons Atribución 2.5 México.

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2 comentarios:

  1. He visto a Twitter matar a muchos blogs. Esperemos que VICIAR regrese para quedarse.

    Saludos.

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  2. ¡Gracias Luyten! sí, la intención es tener ya post más o menos frecuentes. Hay cosas que en twitter de plano no se pueden decir. ¡Saludos!

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