martes, 6 de octubre de 2009

Mira Atentamente

Detente y obsérvalas:
blancas, brillantes, lejanas;
contempla su belleza ufana
profunda, sublime y olvidada.

La noche te envuelve
y el Sol se extingue
el azul sucumbe
y el negro persiste
pero ellas inmutables
bellas, perpetuas, divinas,
majestuosas, lejanas y sombrías.
Soledad absoluta.

Contempla la muerte de tu locura
y la agonía de tu vida
¡aquí nada perdura!
y se desvanece tu alegría.
Tus demonios se pierden,
tu soberbia fenece,
tus angustias sucumben
y tu virtud desaparece.

¿Comprendes tu pequeñez,
lo absurdo de tu orgullo
y lo efímero del placer?
¡Terrible conjuro!
Nada hay real
que no sea banal.

Vuelve abajo,
detén tu sollozo,
veme a los ojos
y toma mi mano.

Somos iguales,
soy tu hermano;
vivimos el mismo oleaje,
tu destino lo comparto.

¿Lo ves ahora?
Mi voz te habla
Esta es la caja de Pandora
Aquí está la esperanza

Belleza inefable,
canción sublime,
con un solo mensaje
que habla y redime.

Soy yo tu esperanza
y tu mi única alegría
llénate de confianza
regresa a la luz del día.

Sólo tú vales la pena
si acaso no te amo
no hay nada que tenga
y mi vida es en vano.

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Este es un poema que escribí a principios de año para el blog Intento Literario y que me gustaría seguir compartiendo. Cambié un poco la estrofa final. Espero les guste.

1 comentario:

  1. Una vez tuve el mismo sentimiento. Estaba toda conflictuada por no sé que cosas. Era de noche y estaba tomando el aire afuera de la casa. De pronto miré hacia arriba y vi las estrellas, las mismas de siempre, una noche como cualquier otra, pero en ese momento me di cuenta de los pequeños que eran mis problemas a comparación del resto del mundo, ya no digamos del universo.

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